O sea, que un tío no religioso, que comía hamburguesas durante el ramadán, bailón de salsa, coqueto, maltratador y conductor con antecedentes de ebriedad al volante es yihad. Es guerra santa. ¿A qué país invadimos ahora, señor Rajoy? A medida que pasan las horas, nuestro entusiasmo mediático por considerar a Mohamed Lahouaiej Bouhlel como parte de un diabólico plan asesino total se van diluyendo.
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