Las trabas morales en la sanidad pública de este Estado mexicano fuerzan a menores a dar a luz tras haber sufrido abuso sexual Atravesar las puertas del albergue Tepeyac es viajar al México más conservador. En este refugio para embarazadas espera doña Amanda, la encargada, con un folleto en la mano que reza “Ayúdame a vivir” junto a la imagen de una gestante. Esta vieja casona católica en el centro de Xalapa, en Veracruz, ha visto pasar en los últimos años decenas de jóvenes embarazadas. “Algunas llegan acá con esas ideas… abortivas”, dice Ama
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