Durante la noche del 4 de julio, Kivlenieks perdió la vida al borde de su bañera hidromasaje al aire libre después de que una lanzadera de fuegos artificiales se volcase para apuntar hacia donde él estaba. Las investigaciones iniciales apuntan a que el talentoso jugador de sólo 24 años intentó salir del jacuzzi con tan mala fortuna que se resbaló y cayó de espaldas, golpeándose en la cabeza. Aunque llamaron a emergencias y llegaron razonablemente pronto, murió prácticamente en el acto.
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