En 2008 el proxeneta acusado se hizo con un burdel en Ourense, por el que abonó 52.200 euros. Su pareja era la encargada de controlar ese club de alterne. Y en 2011 se hacía con otro en Asturias por 192.000 euros.Además de la compra de burdeles e inmuebles, según figura en la acusación del ministerio público, también utilizó presuntamente para canalizar los beneficios generados por su actividad ilícita un prostíbulo sito en la carretera nacional de Burgos a Soria.
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