Nadie la quiere cerca en los partidos que han configurado la alianza no por su trabajo en el Ministerio de Igualdad, que todos aprecian y defienden, sino por sus dinámicas internas de toxicidad, en los partidos ajenos y algunas en el propio partido. El poder es inmisericorde en política. Se ejerce, o te lo ejercen. A Irene Montero no la han vetado, inició una batalla de poder contra Yolanda Díaz desde el mismo momento en que Pablo Iglesias eligió a dedo en contra de su voluntad a la ministra de Trabajo y ha perdido. Si algo ha caracterizado el
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