Las mujeres denunciaron que se despertaron con dos desconocidos en una vivienda de Erripagaña, con lesiones compatibles con una agresión sexual grave. Lo último que recuerdan de esa noche es que estaban con una tercera persona, un agente de la Policía Foral, en el Bar Otano. Durante la investigación desapareció un informe con datos del móvil del agente de Policía Nacional. Tampoco aparecen las imágenes de la videocámara del bar del día de la supuesta agresión sexual, ni archivos informáticos de la Unidad que investigó el caso.
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