Un grupo de investigadores ha creado robots autónomos, del tamaño de una moneda, que se asemejan a las células naturales en el proceso de la morfogénesis. Han sido programados con algunas reglas básicas sobre cómo comunicarse por infrarrojos a una distancia de unos 10 centímetros con las demás, con capacidad de agruparse para crear diversas estructuras biológicas según las señales que se envían entre sí. Los investigadores esperan a que estos "enjambres" puedan llegar a construir puentes u otras estructuras en caso de desastres.
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