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De Imelsa a Divalterra: las promesas de limpiar la corrupción en la Diputación de València acaban en el calabozo

Cambió el nombre, cambió el partido, pero no cambiaron las costumbres. Divalterra, la antigua Imelsa, parece una empresa pública maldita. El yonqui del dinero, altos cargos contando billetes en un coche, trabajadores zombies, multitud de registros policiales, gin-tonics que intentan colarse como gasto... Un foco de clientelismo que puso en peligro su propia existencia. Para limpiar la imagen de Imelsa, aun cuando se barajaba dejar sin vida la entidad, se formó un equipo de afines al presidente de la Diputación de Valencia.

| etiquetas: imelsa , divalterra , corrupción , valència

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