Si en el imperio de Felipe II no se ponía el sol, en tiempos de Felipe III hubo quien aseguraba ser capaz de detener el curso del astro rey en el cielo solo con el poder de su fe. El hombre (supuestamente) capaz de tal prodigio era fray Juan de Madrid, un misionero franciscano recién llegado a Japón en los albores del s. XVII. Pero su repertorio de capacidades sobrehumanas no terminaba ahí. También decía poder caminar sobre las aguas y mover montañas a voluntad, todo gracias a la fuerza que, según él, Dios le concedía.
|
etiquetas: iglesia , misionero , aguas , bahia , tokyo , japon , historia