Los consumidores eléctricos españoles pagan cada año con su recibo de luz ayudas millonarias a la gran industria. Se trata del denominado servicio de interrumpibilidad, un mecanismo que sirve para garantizar que grandes fábricas pararán y dejarán de consumir electricidad (o reducirán su consumo) si hay picos de demanda u otras incidencias que supongan un riesgo para el suministro. El Gobierno quiere ahora facilitar que las plantas tengan que parar también cuando haya subidas disparadas de los precios eléctricos.
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