Determinados movimientos sociales y gran parte de la juventud siempre ha desconfiado de la gente que viste con corbata. Los encorbatados, sencillamente, no son de fiar, llevan algo parecido a un palo insertado en el recto, han perdido la capacidad de soñar y ser felices, han sido devorados por la Nada, parafraseando La historia interminable.
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