Allá por la década de los 80,los señores del ladrillo se reunían periódicamente en los reservados de Zalacaín y Jockey.El ‘club’ fue bautizado con un nombre que destilaba elocuencia:la mesa de contratación.El sistema entró en crisis con el llamado ‘caso Ollero’;de aquella experiencia los constructores extrajeron dos lecciones:1.Debían ahorrarse los intermediarios;mejor establecer contacto directo con los tesoreros/gerentes y establecer las condiciones de su colaboración 2.No volverían a pillarles con las manos en la masa(cabezas de turco,Palau)
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