Es posible que el problema sea mío, no digo que no. Es probable que yo sea una inocentona que ha vivido todos estos años en los mundos de Yupi y que ahora despierta de golpe a la realidad. Llevo días cayéndome del guindo sin parar.Me da miedo este fascismo cotidiano porque sé bien que es capaz de invalidar la capacidad de raciocinio y la bondad de las personas. Me inquieta la rapidez con que se renuncia a los métodos democráticos. Me aterra la facilidad con la que las cañas se vuelven lanzas.
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