La cinematografía de la extinta Yugoslavia comenzó a cosechar notables éxitos desde la aparición, a principios de los años 60, de realizadores como Aleksander Petrovic (Los recolectores de plumas, Encontré zíngaros felices) y Dusan Makavejev (El hombre no es un pájaro, Una historia sentimental o la tragedia de una empleada de teléfonos). Puede considerarse heredero de ambos al hoy exiliado Emir Kusturica.
|
etiquetas: kusturica , cine