Le reclamaban más de 8.000 euros. La factura venía acompañada de una carta firmada por el jefe de la unidad de facturación del hospital, Licinio Medina, dirigida a la propia fallecida. En ella se explica que el Servicio Madrileño de Salud no se hace cargo de los gastos del ingreso, y que debe ser la paciente (fallecida) quien lo haga. «es inmoral reclamar por una estancia que se alargó únicamente porque se accedió a donar los órganos, y no porque se le fuese a salvar la vida a la paciente». «Si no hubiéramos accedido a la donación, habría fal
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