Tal día como antier, hace 75 años, Albert Hoffman salió de su trabajo en los laboratorios Sandoz en Basilea y cogió su bicicleta para volver a casa pedaleando, como solía hacer. Aquel día había entrado en contacto con un compuesto químico en el que estaba trabajando, el LSD-25, y aquel paseo vespertino se convirtió en el primer viaje de tripi de la historia. Y nada volvió a ser lo mismo. Hemos pedido a un selecto grupo de psiconautas que nos cuenten sus aventuras con algunos de estos tripis de leyenda.
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