España es el país europeo con menor tasa de fertilidad: apenas nacen 34,8 hijos por cada 1.000 mujeres en edad fértil. Un dato alarmante que amenaza el sostenimiento de las pensiones y el estado del bienestar de cara a las próximas décadas. El problema, los bajos niveles de fertilidad generan un círculo vicioso: si nacen pocas personas, en la siguiente generación habrá menos mujeres en edad fértil, lo que provocará un nuevo descenso en la natalidad. Esta es la dinámica en la que ha entrado España y la única solución para salir es la inmigración
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