La Diputación de Castellón ha puesto en marcha un innovador proceso participativo cuyo objetivo es evaluar la gestión de los servicios que se prestan a la ciudadanía. Se trata de la técnica llamada ‘cliente misterioso’, que involucra directamente a personas anónimas en el análisis de la calidad de cada área para identificar mejoras tanto en la administración como en el marco de la rendición de cuentas.
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