Defensor de los sectores más ultracatólicos y martillo de herejes y de teólogos progresistas, el exportavoz de la Conferencia Episcopal fue, junto a Rouco Varela, el símbolo de los grupos extremistas dentro de la Iglesia en la última década. El embajador del Vaticano en España lleva un año buscando un puesto para él, que ha rechazado algunas ofertas porque cree que merece un cargo de relevancia.
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