Hoy pensé, sólo por diversión y de manera completamente hipotética, que sería un experimento interesante prohibir las marcas y ver si todavía seríamos capaces de identificar cualquier producto como de buena o mala calidad. ¿Quién tiene dudas acerca de la excelencia de ingeniería de los instrumentos náuticos de Suunto o la fiabilidad y seguridad de un Volvo, la función elegante e impecable de ordenadores portátiles de Apple, palos de golf de Mizuno o equipo de alpinismo de Deuter? ....
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