La respuesta se reduce a la intensidad energética que supone eliminar el calor de tu casa. En ello influyen muchos factores, como el grado de aislamiento de la casa, el tamaño y el tipo de aire acondicionado, y la temperatura y la humedad exteriores.
Según nuestros cálculos, dejar que tu casa se caliente mientras estás en el trabajo y se enfríe al llegar a casa puede consumir menos energía que mantenerla siempre fría, pero depende.
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etiquetas: aire acondicionado , energía , ahorro
depende
No es un estándar que pueda aplicarse de forma generalizada, es el mismo dilema que ponerle un interruptor de horario a un calentador de agua eléctrico.
Todo depende.