ROMA-"Giuseppe" nació de padres pobres fuera de Verona, en el norte de Italia, con un defecto congénito de nacimiento que le dejó sordo y mudo. Cuando se hizo evidente que sus padres no podían mantenerlo, y mucho menos comunicarse con él, lo llevaron a la iglesia católica local, que lo inscribió en el Instituto Antonio Provolo para niños sordos y mudos. A los 11 años, un monje que trabajaba en el instituto como educador empezó a enseñar "signos secretos especiales" para cosas como la masturbación, la felación, el pene y el ano...
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