Ringring, las seis de la mañana. Hay que terminar de alistar el almuerzo antes de que la niña se levante de la cama. ¡Ay!, otra punzada; la bebé en la barriga tampoco para. Ya toca abrir la tienda que el panadero acaba de dejar el pan, subo la persiana. Llega el abuelo, ya está lista la niña para ir al colegio. Llegan las madres a comprar en masa, preparo lo que piden: charcutería, verduras, frutas, el pan; paso todo por caja. Muchas gracias María, tenga usted un buen día. Las piernas se me hinchan por cada hora que pasa. Las tres de la tarde, cierro y subo a casa. Toma niña, la comida, come rápido que se enfría. Subo de nuevo la persiana. No me he sentado en todo el día. Las diez otra vez, siempre vienen a última hora. ¿Qué tal te ha ido el día? Mamá te ama.