O corpo as fai, a cabeziña as paga. El cuerpo las hace, la cabeza las paga, es la socarrona frase con la que mi pater me despertaba los domingos de verano a las 9:00 para que le fuese a echar una mano con la huerta. Mi padre, desde que se jubió, es muy de su huertita, sus tomates, lechugas, patatas, berza, calabazas, tirabeques... (Dios como odiaba los tirabeques de crio, que cuando las matas empiezan a dar fruto, me pasaba comiendo vainas semanas...) Sin embargo había que ser muy cortito para no entender la dinámica que mi padre generaba en esos felices …