El pasado 4 de julio, una institución vaticana publicó un documento en el que señala que las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales podrían ser consagradas como vírgenes. El documento, que fue publicado el 4 de julio, había pasado desapercibido. En particular la sección 88 que dice: "La llamada a dar testimonio del amor virginal, esponsal y fecundo de la Iglesia a Cristo, no se reduce al signo de la integridad física (…) Haber guardado el cuerpo en perfecta continencia o haber vivido ejemplarmente la virtud de la castidad, aunque es de gran importancia en orden al discernimiento, no constituye requisito determinante en ausencia del cual sea imposible admitir a la consagración". Estas palabras, sin embargo, no cayeron nada bien a la Asociación Estadounidense de Vírgenes Consagradas, en Estados Unidos, que emitió un comunicado en el que afirma estar "profundamente decepcionada" por las nuevas reglas dispuestas por el Vaticano en la Ecclesiae Sponsae Imago.