Espero a Dios con verdadera gula. Soy de raza inferior por toda la eternidad. Heme aquí en la playa armoricana. Que las ciudades se iluminen en la noche. He cumplido mi jornada; abandono a Europa. El aire marino quemará mis pulmones; me curtirán los climas perdidos. Nadar, pisotear hierba, cazar, sobre todo fumar; beber licores fuertes como metal hirviente, a semejanza de aquellos queridos antepasados alrededor del fuego. Regresaré, con miembros de hierro, la piel ensombrecida, la mirada furiosa; por mi máscara, se supondrá que pertenezco a una raza fuerte. Tendré oro; seré ocioso y brutal. Las mujeres cuidan a esos feroces lisiados reflujo de las tierras cálidas. intervendré en política. Salvado. Ahora estoy maldito, tengo horror a la patria. Lo mejor, sería dormir, completamente ebrio, sobre la playa.
Una Temporada en el Infierno - Arthur Rimbaud