La responsabilidad del asno

A uno de sus generales que se excusaba por haber sido derrotado, lo interrumpió mi padre: «No seas presumido hasta el punto de vanagloriarte de haber cometido una falta. Cuando monto un asno y éste se pierde, no es el asno el que se equivoca. Soy yo.

Ciudadela. Antoine de Saint Exupery