Sus ojos se cerraron
y el mundo sigue andando,
su boca que fue mía
ya no me besa más.
Se apagaron los ecos
de su reir sonoro
y es cruel este silencio
que me hace tanto mal...
Fue mía la piadosa
dulzura de sus manos,
que dieron a mis penas
caricias de bondad,
y ahora que la evoco
hundido en mi quebranto,
las lágrimas trenzadas
se niegan a brotar,
y no tengo el consuelo
de poder llorar...
¡Porque sus alas tan cruel quemo la vida!
Por qué esa mueca siniestra de la suerte...
Quise abrigarla y más pudo la muerte,
cómo me duele y se ahonda mi herida.
Yo sé que ahora vendrán caras extrañas
con su limosna de alivio a mi tormento,
todo es mentira, mentira es el lamento...
¡Hoy está solo mi corazón!
Como perros de presa
las penas traicioneras
celando mi cariño
galopaban detrás,
y escondidas en las aguas
de su mirada buena
la muerte agazapada
marcaba su compás.
En vano yo alentaba
febril sus esperanza
clavo en sus carnea vivas
sus garras el dolor,
y mientras en la calle
en loca algarabía
el carnaval del mundo
gozaba y se reía
burlándose el destino
me robo su amor...
Letra de Carlos Gardel. Música de Alfredo Le Pera. Compuesto en 1935. Cantada por Carlos Gardel en el Film "El día que me quieras" de John Reinhardt con guion de Alfredo Le Pera. Este tango fue grabado por Carlos Gardel el 19/3/1935.
Versión de El Cabrero: www.youtube.com/watch?v=R8Ph5yNTkQ8