Existe una incertidumbre mortera que elimina todo atisbo de esperanza, en la idea de que conforme los días pasan, más cerca se halla nuestro encuentro. Menos letras conforman a 'la espera'.
La realidad sin embargo, nos come. Los días no son ya las horas. Y al dormir en la noche paciente, yo sueño contigo y tu cara. Despierto contigo en el alma, y el día se viste de blanco. Y entiendo que es cierto el aviso: volveremos a vernos mañana*
Remembranza nómada : de Zavala Martínez, Marta.