El hombre más fácil de asustar es, ciertamente, quien cree que todo ha acabado cuando se ha extinguido su fugaz apariencia. El que piensa que no hay mundo tras él: el hombre sin futuro, ni proyecto, ni hijos, que se considera nudo final de su hilo. Ese es el hombe terminal. El vanidoso supremo, que no considera que nada importante pueda hacerse tras su paso.
Los nuevos mercaderes de esclavos saben eso y en ello es en lo que se funda la importancia que para esa gente tienen las doctrinas materialistas.
Ernst Jünger. La Emboscadura