Prohíbo a los mercaderes alabar demasiado sus mercaderías.
Porque se convierten pronto en pedagogos y te enseñan como fin lo que por esencia es un medio, y al engañarte así cerca del camino que seguir te degradan; porque si su música es vulgar te fabrican, para vendértela, un alma vulgar. Así pues, está bien que los objetos sean fundados para servir a los hombres; sería monstruoso que los hombres fueran fundados para servir de caja de residuos a los objetos.
Ciudadela. Antoine de Saint Exupery