Y ahora que veo mi rostro calcado en el agua
Con mis mejillas hundidas bajo tupida barba
Consigo evocar la imagen del niño que era
Cuando mi hogar eran tus brazos y el cielo tu mirada clara
Sí, esa bondad pura que tus ojos empuñan
Madre, esa bondad tuya que mis ojos empaña
Aunque ya debe de ser de luna tu cabello
El olvido es lugar muy pequeño para recuerdo tan bello
Acto IV: La Carta, Rafael Lechowski.