Henry tiene la mano áspera y encallecida, sobre todo en la palma, por encima de los nudillos, el punto de contacto entre su cuerpo y las diversas herramientas propias de la granja: la pala, la pica, la azada, la escoba, la larga y quisquillosa palanca de cambio de marchas del tractor John Deere.
Incluso un bate de béisbol puede dejar esas marcas, aunque se use como lo usa él, para matar los numerosos gorriones que anidan en el granero del maíz.
Es un lugar demasiado pequeño para usar perdigones, le explicó él una vez.
Podrían rebotar.
Podrías perder un ojo.
O sea que tienes que entrar con un bate de béisbol y cargarte los pájaros en pleno vuelo.
Faye le pidió que no volviera a contarle esa historia.
El Nix. Nathan Hill