Al ascender a Cenicienta a princesa, el hada madrina la colocó más allá de su habilidad social.
El príncipe no tardó en cansarse de los modales de aldeana de la muchacha, y desgraciadamente para ella, no llegó de nuevo el hada madrina a aportarle todo el conocimiento social que necesitaba, y todos los trucos y pequeños mecanismos para desenvolverse en la corte, con lo que Cenicienta no tardó en caer en desgracia entre el la familia del Príncipe y el personal de la Corte.
Cuanto más criticaban a cenicienta, más infeliz era el Príncipe. El matrimonio estaba abocado al fracaso.
Cenicienta hubiese sido feli casada con un guapo leñador, pero su hada madrina la estafó miserablemente.
Las fórmulas de Peter. Lawrence J. Peter