Y yo era del sol y el sol era bueno
y yo era de las nubes y del mar
y así estaba bien.
Y tú eras el acero y la montaña
y el tiempo consumido y el futuro.
Y yo era de las muelas bucaneras
y de los huesos rotos y del parche
del ojo vago y tú eras de las noches
cuando se iba la luz; la vela amable
y milagrosa tú, mi mundo mago.