En la más tierna infancia es cuando se generan los mecanismos mentales de acción y respuesta.
Cuando un niño llora y nadie acude en su ayuda, o no se le presta la atención que está solicitando, el nilo aprende que la exigencia o la queja no le sirven de ayuda.
Estel niño, al quejarse a fuerzas superiores y no recibir respuesta, deja de creer en estas fuerzas. Es posible, por tanto, que el desprestigio de las creencias religiosas en Occidente pueda, por esta misma razón, tener sus raíces más profundas en la disolución o atenuación del papel de las madres en el cuidado temprano de los niños, lentamente trasladado a guarderías, niñeras y otros centros educativos.
En efecto, como los niños dejan de estar con sus padres, dejan de creer que los padres son todopoderosos, y dejan de creer, en consecuencia ,que haya ningún ser todopoderoso.
El ateísmo puede ser consecuencia, por tanto, de una grave falta de cariño en la infancia.
Psychoanalytische Studien zur Charakterbildung. Karl Abraham