El aburrimiento rompe a un hombre como el tiempo quiebra a una campana. No es obra de un sólo golpe: primero se pierde la sonoridad, luego la voz y finalmente el sentido de seguir existiendo.
Pavel Kohout. La hora estelar de los asesinos
El aburrimiento rompe a un hombre como el tiempo quiebra a una campana. No es obra de un sólo golpe: primero se pierde la sonoridad, luego la voz y finalmente el sentido de seguir existiendo.
Pavel Kohout. La hora estelar de los asesinos
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