Tornasolando el flanco a su sinuoso
paso va el tigre suave como un verso
y la ferocidad pule cual terso
topacio el ojo seco y vigoroso.
Y despereza el músculo alevoso
de los ijares, lánguido y perverso,
y se recuesta lento en el disperso
otoño de las hojas. El reposo…
El reposo en la selva silenciosa.
La testa chata entre las garras finas
y el ojo fijo, impávido custodio.
Espía mientras bate con nerviosa
cola el haz de las férulas vecinas,
en reprimido acecho… así es mi odio.
Enrique Banchs, "La Urna".
Extraído de "Antología de la literatura fantástica" de Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares. (1977)