Uno no puede trazar una línea para separar de manera absoluta al rico del pobre, los propietarios de la tierra o el capital industrial de los trabajadores. Varios autores pretenden trazar desde este hecho la consecuencia que, en nuestra sociedad, uno no puede hablar significativamente de una clase capitalista, ni oponer la burguesía a los trabajadores. Sin embargo, esto equivaldría a decir que no existen mayores porque no sabemos a que edad , o en que etapa de la vida, comienza la vejez.
(Pareto, “Manual de Economía Política”, 1906)