Las noticias son historia en gestación. Así que la adicción a las noticias es la adicción al desenlace de la historia. ¿Me sigues?
—Te sigo. Continúa.
En las dos últimas décadas, las noticias se han producido como espectáculo.
Por tanto, la adicción de la gente a las noticias es la adicción a su función como espectáculo. Si combinas el poder del pensamiento con esta adicción a las noticias amenas, entonces la parte de los cientos de millones de personas, los telespectadores, que desea la paz en la tierra se ve eclipsada por la parte de ellos que quiere el siguiente capítulo de la historia.
Todas las personas que ponen las noticias y no encuentran novedades acaban decepcionadas. Comprueban las noticias dos o tres veces al día; quieren dramatismo, y dramatismo significa no sólo muerte, sino muerte a millares, por lo que, secretamente, toda persona adicta a las noticias espera una calamidad aún mayor, más cadáveres, más guerras espectaculares, más horrendos ataques enemigos, y esos deseos salen cada día al mundo. ¿No lo ves?
Ahora mismo, más que en cualquier otra época de la historia, el deseo universal es claramente malvado.
Una parte del todo. Steve Toltz