La inteligencia artificial (IA) está aprendiendo más sobre cómo trabajar con (y sobre) los humanos. Ahora, un estudio reciente ha demostrado cómo la IA puede aprender a identificar vulnerabilidades en los hábitos y comportamientos humanos y usarlos para influir en la toma de decisiones. Para, la investigación llevaron a cabo tres experimentos en los que los participantes humanos jugaron contra un ordenador.