Cada mes, los servicios de streaming como Netflix se enfrentan a la tarea casi imposible de captar y fidelizar a decenas de millones de abonados. Para evitar cancelaciones masivas, estos servicios deben ofrecer una mezcla ecléctica de contenidos que se adapte a una amplia gama de gustos de los usuarios. Crímenes reales, películas de prestigio, docuserie deportiva y otros programas especializados atraen a varios "grupos de gustos" en un esfuerzo por empujar a estos distintos segmentos de clientes por encima de un objetivo de uso.