En el corazón de Pavía, al oeste de la ciudad y en el camino hacia el Piemonte y los Alpes, se encuentra un sitio histórico que está reescribiendo la historia de los longobardos en Italia. Durante el siglo VII d.C., el rey Ariperto I decidió construir en esta ubicación un mausoleo dinástico que marcó un punto de inflexión en las prácticas funerarias de su época. Este monumento, destinado a albergar los restos del propio monarca y de sus descendientes, no solo reflejaba el poder político y religioso de los longobardos, sino que también rompía