Dentro del contexto global de su obra, El hombre que vendió la Luna es una de sus narraciones más fundamentales. Hoy, el hombre ha pisado ya la Luna, pero todavía dista mucho de poder colonizarla. El día en que esté en situación de hacerlo, ¿cómo lo afrontará? Heinlein nos plantea este problema, pero desde la Tierra. En este sentido, la fabulosa aventura de Delos Harriman, la edificación de su gran imperio económico en aras de un ideal de soñador, es un canto al espíritu emprendedor del hombre idealista que, a bordo de una nueva Mayflower, intenta conseguir el anhelo de nuevos horizontes de toda una vida.