Un zorro y un camello se hacen amigos y deciden cruzar un río para comer los alimentos disponibles en la otra orilla. Para ello, el zorro se sube a la espalda del camello, y este cruza aprovechando su peso para resistir la corriente.
Una vez que llegan a la otra orilla, ambos animales se separan y el camello va a comer a un campo de cebada, mientras que el zorro va a comer insectos.
Pero el zorro termina de comer antes, y satisfecho por sentirse saciado, empieza a cantar a viva voz. Estos gritos llaman la atención de los campesinos que cuidan el campo de cebada, los cuales van a examinar la zona y se encuentran al camello.
Cuando el zorro va en busca de su amigo, se lo encuentra tendido en el suelo, dolorido por la paliza que le acaban de dar los campesinos.
"¿Por qué has hecho tanto ruido?", pregunta el camello.
El zorro le responde que tiene la costumbre de cantar tras comer insectos.
"Ya veo. Pues si eso es todo, volvamos".
Al cruzar el río de vuelta, el camello empieza a bailar con medio cuerpo sumergido en el agua.
"¿Qué haces? ¡No sé nadar!" dice el zorro, aterrado.
"Es que tengo la costumbre de bailar tras comer cebada", responde el camello, mientras el zorro cae al agua y es arrastrado por la corriente.
Leyenda africana