"Por esta razón, amigo mío, tengo tanta necesidad de tu amistad. Junto a ti no tengo ya que disculparme, no tengo que defenderme, no tengo que probar nada. Más allá de mis palabras torpes, más allá de los razonamientos que me pueden engañar, tú consideras en mí simplemente al Hombre."
Antoine de Saint-Exupéry, Carta a un rehén (1943)