Un samurái le pidió a su maestro que le explicara la diferencia entre el cielo y el infierno.
Sin responderle, el maestro se puso a dirigirle gran cantidad de insultos.
Furioso, el samurai desenvaino su sable para decapitarle.
-He aquí el infierno- dijo el maestro antes que el samurai pasara a la acción.
El guerrero impresionado por la respuesta del maestro se calmo al instante y volvió a enfundar el sable.
Al hacer este ultimo gesto, el maestro añadió:
-He aquí el cielo
Alejandro Jodorowsky