Con 16 años casi muero. Con 18 casi muero, con 19 casi muero y con 23 casi muero otra vez.
Cuatro siniestros totales en mi vida (en todos me chocaron).
Son experiencias que te marcan para toda la vida. Pero en una de ellas tuve una experiencia cercana a la muerte. Te cuento.
Un accidente de coche en Italia y una transfusión de 3 litros de sangre de un grupo distinto al mío hacen que casi la palme.
Yo diría que por un momento la palmé, porque me vi a mí mismo sobre la camilla, y a mi padre y a mi hermana a mi lado llorando.
Me provocaron una anemia brutal que casi me manda a las puertas del cielo (¿me acogerán allí?).
No sé si alguna vez alguien te ha contado una experiencia cercana a la muerte, o si la has sufrido en tus carnes, pero se te quitan las tonterías de golpe.
Dicen que aprendemos a base de h*stias, y doy fe de que es verdad, porque cuando te enfrentas a la incertidumbre de vivir o morir no te queda otra que confiar.
Por eso el mensaje que te quiero mandar hoy es este:
No existe nada que no tenga solución (excepto ya sabes el qué), así que no te amargues y disfruta del camino, que para eso hemos venido.
BeLiquid, my friend.
P.D: si te da miedo subir conmigo en un coche no me lo tomaré a mal ;-)