Angelito de Dios

Yo también fui niño, un «angelito de Dios».

En la escuela, la maestra nos eseñó que Balboa, el conquistador español, había visto, desde una cumbre de Panamá, a un lado el océano Pacífico, y al otro lado el océano Atlántico. Él había sido, dijo la maestra, el primer hombre que había visto esos dos mares a la vez.

Yo levanté la mano:

-Señorita, señorita.

Y pregunté:

-Los indios, ¿eran ciegos?

Fue la primera expulsión de mi vida.

Eduardo Galeano