He seguido estos días con mucha atención la propuesta de @Imparsifal para que sean los miembros de esta comunidad los que compren Menéame, de modo que se pueda convertir en una especie de cooperativa. De hecho, me he apuntado, y pondré mi parte si el plan llega a buen puerto.
He leído también a @Benjami explicando por qué le parece mal la venta, y varios artículos tratando de analizar por qué una comunidad como esta nunca ha llegado a despegar en términos de rentabilidad.
Dicho todo esto, creo que es el momento de dejarse de rodeos y abordar el verdadero problema de Menéame, que veo desde hace años y años y que nadie se atreve a poner sobre la mesa.
El problema de Menéame es que su comunidad está formada mayoritariamente por gente de izquierdas, y no de una izquierda cualquiera, sino de esa izquierda hipócrita, cainita, y atada a la caja registradora de la envidia, que no puede tolerar que alguien gane dinero. Y no es un exabrupto. Lo digo dolorosamente en serio.
En esta comunidad hay muchos izquierdistas y muchos informáticos, con un importante conjunto intersección entre ambos. La gente quiere recibir un buen servicio, quiere opinar sobre él, y tiene conocimientos técnicos para evitar cualquier pago, sea monetario, en especie o de cualquier modo. La clase de izquierdistas que abundan por aquí son de los que bloquean la publicidad, bloquean las cookies, insultan a los patrocinadores, y jamás pagarán una cuota, pero a la vez exigen que se luche contra el fraude fiscal de las empresas y la picaresca de los autónomos.
Y ahora, además, cuando se propone una solución colectiva y colectivista, también esconderán la cabeza, porque la cooperativa está bien en teoría, pero no para ellos. Si en vez de fariseos fueran izquierdistas de verdad, como a lo mejor lo soy yo por más que me llamen facha a todas horas, se unirían a la idea de convertir este sitio en una cooperativa autogestionada. Pero no lo van a hacer, porque no son izquierdistas: son moscas cojoneras. No son rojos: son parásitos. No tienen interés en apoyar los bienes comunes más allá de la teoría, el exprópiese, la caja de los pretextos y cualquier argumento que al final conduzca a la gratuidad de las cosas, o a que las pague cualquier otro, que es una variante de lo mismo.
Muchos de ellos, y no voy a citar nombres, dicen estar a la izquierda como decían ser católicos los que se embuchaban la sopa boba de los conventos. Vienen aquí a hacer su campaña, su propaganda, o su onanismo diario, pero ni se les ocurre participar de ningún modo en el sostenimiento de los costes, porque los costes son capitalistas, y no vienen en el manual del buen zurdo, al parecer.
Pero el izquierdismo que yo entiendo pasa por la defensa de lo común, en el sentido de proteger eso que todos usamos, ya sea un parque, una línea de autobuses o una página web. Y ahora, que incluso la propiedad de lo usado se puede pasar a los usuarios, resulta que los enemigos de la privatización y amigos del sector público se ponen de perfil como los recortables de la Señorita Pepis que son.
¿Sabéis por qué en Forocoches mandan mariachis a las sedes de los partidos cuando pierden las elecciones? ¿Sabéis por qué mandan pizzas? Porque alguien lo propone y trescientos lo pagan. Aquí, con la clase de comunidad izquierdista que tenemos, les mandaríamos una caja de condones, a lo sumo, porque nadie está dispuesto a poner un duro para nada.
Ese es el problema de Menéame. Ese es su verdadero dolor. Izquierdistas y sensacionalistas. Rojos y amarillos. No me extraña que su color corporativo sea el naranja.